Superficies estables y permeables que trabajan con la naturaleza. Los pisos con geomallas son una solución innovadora para crear caminos, parqueaderos y áreas de alto tráfico que permiten el crecimiento del césped y la infiltración del agua, promoviendo una integración sostenible con el entorno natural.
En Medellín y sus alrededores, donde el desarrollo urbano se encuentra con un exuberante paisaje natural, instalamos geomallas en áreas donde el tráfico vehicular y peatonal es intenso, como estacionamientos, canchas deportivas y senderos rurales. Nuestro método de instalación asegura que el peso se distribuya de forma uniforme sobre el terreno, evitando la compactación del suelo y la formación de barro, un problema común en la región debido a las frecuentes lluvias. Gracias a esta estructura permeable, el césped puede crecer libremente a través de la malla, creando una superficie reforzada y natural. Este sistema permite que el agua de lluvia se infiltre directamente en el suelo, lo cual es crucial para reducir la escorrentía y la erosión, ayudando a mantener el equilibrio hidrológico local.
Para zonas de alto tránsito, diseñamos sistemas de geomallas robustos que soportan el peso de vehículos y peatones sin degradar la superficie. En los parqueaderos verdes de Medellín, por ejemplo, las geomallas previenen la formación de barro y garantizan que las superficies permanezcan transitables y sostenibles durante todo el año. Esta solución es ideal para preservar la estética natural del entorno al tiempo que proporciona una superficie funcional y duradera. Las geomallas están fabricadas con materiales reciclados, contribuyendo a la economía circular y reduciendo la huella de carbono del proyecto.
Los pisos con geomallas ofrecen importantes beneficios ecológicos y un enfoque sostenible para la gestión del agua. Al permitir la infiltración de la lluvia, contribuyen a recargar los acuíferos locales, disminuyen el volumen de aguas pluviales que ingresan a los sistemas de drenaje y reducen la erosión del suelo. Las celdas de las geomallas pueden rellenarse con grava o tierra para sembrar césped, creando superficies verdes y transitables que se integran armoniosamente en jardines y paisajes naturales. Esto no solo mejora la estética de la zona, sino que también ayuda a mitigar el efecto de isla de calor urbano al reemplazar superficies impermeables como el asfalto o el concreto con vegetación viva.
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